viernes, octubre 28, 2005

la vida con ana

la cosa fue como sigue: después de unas semanas trabajando para sam, ana vino a visitarme un día. así, de improviso. y luego de convencerla de que el séptimo piso y medio no era una broma, subió a decirme sin anestesia que quería trabajar conmigo. o sea, que yo trabajara con ella.

como la oferta de sam todavía era temporal, acepté sin pensarlo mucho. así pasé de cesante con título a titulada con dos trabajos, cosa que ayudó a convencer a mis padres de que la opción por el periodismo no fue necesariamente una sentencia al hambre perpetua.

ahora la mezcla es buena. mientras la revista para viejos de sam me aburre a morir a cambio de un buen cheque, la revista para no-tan-viejos (¿o adultos fomes?) de ana me divierte bastante por un sueldo mísero. tampoco se puede pedir demasiado.

Comments:
Me gusta tu espacio. He leído varios de tus post y me gusta tu estilo simple y directo. Tengo un hijo de veintisiete años, periodista también. Voy a enviarle tu link, te dejo aquí el suyo tiene dos blogs, uno: lumbre culebra y el otro: se ha detenido un pájaro en el aire. Si fueras tan gentil de seguir mi nombre, encontrarías los links de él en mi espacio, porque no se ponerlos bien.
Te dejo un saludo desde Oaxaca, México.
 
Otro si vale, no quisiera que la palabra simple se entendiera mal. Voy conociendo esto del Internet. Por simple quiero decir transparente, diáfano que para mi son cualidades, no hay poses ni rebuscamiento. Así defino lo que escribo.
 
es bueno ser simple, en la escritura y en la vida. qué bueno saber que al menos en una me funciona.
 
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