sup en la gran ciudad

señora, señor: la fila del banco no avanzará más rápido porque usted insiste en acercarse a la caja. hay decenas de personas que se interponen entre la caja y usted. y por mucho que usted trate de avanzar, esas personas continuarán estando antes que usted. y sin duda les molestará que usted trate y trate de moverse, cuando es físicamente imposible estar más apretados. y les resultará muy, pero muy desagradable tener que estar taaaan cerca de alguien como usted -desconocido, maloliente e insistiendo en iniciar una conversación sobre la ineficiencia del cajero o lo impredecible del clima-. señora, señor, resígnese a esperar su turno como corresponde. entienda que está en la fila de un banco y no en el diván de su siquiatra. asuma que la fila avanza lento. pero, sobre todo, no insista en avanzar por la fuerza, apretando a quien tuvo la mala suerte de quedar en el puesto anterior limitando su espacio, olvidándose de lo necesario que es el metro cuadrado para todo el mundo. y, es verdad, algunos lo necesitamos más que otros.

felipe anunció que compraría un auto.
y que necesitaría mi ayuda para escogerlo.
y yo, que hice unos valiosísimos aportes para elegir el color más bonito, aprendí también un par de cosas importantes.
a diferenciar, por ejemplo, un ignis de un yaris. y un yaris de un peugeot.
o que si uno tiene menos plata ya no compra un auto usado; por unos millones menos se lleva su estupendo "semi nuevo".

como decía hace un tiempo, hay momentos en la vida en que uno tiene que lanzarse. saltar. cerrar los ojos y mirar después. y pensar... más después todavía. si es que se piensa.

con pepe pasó eso. lo vi y supe que era un tipo confiable, de esos con los que uno no debe angustiarse aunque haya pasado por cientos de malas experiencias anteriores. de esos con los que vale la pena correr algún tipo de riesgo, jugar todos los porotos y apostar por el mejor resultado. porque, a pesar de lo que digan las estadísticas, uno sospecha que será un buen resultado.

el problema es que, como todas las cosas buenas, lo de pepe no duró mucho rato. es cierto que cuando abrí los ojos él había hecho un trabajo increíble en mi cabeza, mejorando lo que parecía inmejorable por culpa de la naturaleza y de los genes. y lo mejor: tenía chasquilla. tenía estilo. era otra persona con la misma materia prima pero bien procesada. el problema fue que más o menos a los siete días la chasquilla empezó a taparme los ojos. como a los doce, a picarme la nariz. y a los 15 ya podía ser muchas cosas, pero no había manera de hacerla entrar en la categoría de chasquilla. y ahora, cada vez que paso frente al espejo, pienso en la naturaleza, en los genes y, cómo no, en pepe. en sus tijeras. en su secador. en lo inevitable que será visitarlo una y otra vez para conseguir en sus instalaciones lo que la naturaleza y los genes niegan.

porque sí, es cierto. pepe la lleva.
amamos a pepe.

* agradecemos a m., quien sin saberlo donó la imagen.

i've laid it on the table, you had something back. if love is aces, give me the jack.