miércoles, noviembre 23, 2005

plan de ahorro

felipe se enclaustró para sus exámenes de fin de año dejándome sin posibilidad de reclamarle por los efectos secundarios de sus pastillas para la felicidad. así que ya llevo un buen tiempo funcionando con piloto automático, sintiendo como si una gran almohada me hubiera golpeado la cabeza y tomando café de manera casi obsesiva.

en un arranque de responsabilidad, ante la posibilidad de colapsar por sobredosis, empecé a cotizar siquiatra que reemplace a felipe. primera impresión. la segunda fue en la farmacia, al comprobar el precio de las estrellas verdes.

sacando cuentas con mi ya mísero sueldo de periodista me convencí de que el modo amateur es el más conveniente. despues de todo, promete harto este chico. y si por alguna razón decide cortarme el suministro, creo que lo mejor es resolver los problemas por cuenta propia. sin piloto automático y sin gastos. digo, sin tantos gastos.

sábado, noviembre 19, 2005

la primera vez

sam tiene una sala de reuniones que sólo usa en ocasiones especiales, así como los platos que sólo se desempacan cuando llegan visitas importantes. a nosotros, por ejemplo, nos convoca en la mesa redonda de su cubículo. y a la gente común hay que entrevistarla en el pasillo sin ventanas del séptimo piso y medio.

pero para los políticos y las estrellas de televisión sam se reserva este espacio bien cuidado, decorado como si fuera a aparecer en el suplemento especializado de un diario dominical y lleno de recuerdos dedicados al mérito de su revista. yo sólo lo había visto al pasar, cuando alguien entraba o salía. hoy, en cambio, di un gran paso en mi carrera de periodista. en vez de mandarme al pasillo con una persona común sam me pidió que entrevistara a alguien importante. alguien del mundo político. alguien que debe recibirse en la sala de las ocasiones especiales.

sí, desafiando a los pronósticos sup avanza en la vida.

jueves, noviembre 17, 2005

ugh


cuando uno empieza a estornudar espera que por lo menos se acaben la lluvia y el frío, que empiecen a florecer los árboles, que aparezcan los pájaros, las abejas y esas cosas. por eso sorprende que en la mitad de noviembre aparezca por la ventana un día nublado y oscuro. como si fuera mayo. la gente se deprime en estos casos pero a mí me gusta pensar que es mayo en pleno noviembre, con decoración navideña en las tiendas y publicidad de trajes de baño. lo único malo es que me confunde un poco ese cambio en el tiempo. más todavía cuando las situaciones se vuelven un tremendo de ja vu.

sam me mandó a la universidad -mi universidad- para entrevistar a un profesor latero. da lo mismo el profesor latero. pero fue como retroceder un par de años al correr por los pasillos, aunque esta vez no corría para alcanzar a llegar a clases sino para evitar dejar plantado al entrevistado. después compré chocolates en el casino para comerlos con calma caminando hacia la puerta como si no importara nada más en la vida. no sé si le pasará a todos los estudiantes, pero había ocasiones en que sentía que no importaba nada más en la vida.

pues ahí andaba yo con mi cargamento de chocolates pensando que el disfraz de periodista quedaba fuera de tono cuando de verdad sentí que volvía atrás. claro que de manera más bien violenta y dolorosa. de repente tom se cruzó en mi camino con su mochila de nómade y esa manera de caminar suya casi flotando por la calle y con la certeza de que todos los autos deben necesariamente detenerse ante su paso. de repente somos tom, yo, la universidad, los chocolates, el otoño. y parece que nada hubiera cambiado.

martes, noviembre 15, 2005

el tiempo es relativo

puede que no lo supiera. o puede que tuviera claro que dormir es un gran remedio. el asunto es que las pastillas de felipe tenían un efecto secundario: sueño. mucho sueño. eso resulta bastante útil en las horas que uno pasa mirando la mancha del techo y pensando lo bueno que sería andar de turista comiendo chocolates por el sur de francia. pero al momento de despertarse para trabajar, pues no es nada productivo.

la primera vez sam me miró con desprecio, como si mi presencia no le importara. la segunda anunció que llevaba un par de horas buscándome. y hoy, la tercera, me dio un largo discurso sobre la importancia de estar bien temprano al lado del teléfono para encontrar más viejos dispuestos a dar entrevistas. supongo que no necesitó explicarme que los viejos como él siempre están disponibles bien temprano.

yo tampoco quise decirle que me acomoda mucho más este horario. que si estoy aquí trabajando a la misma hora que él finalmente el día se me hace demasiado demasiado largo.

lunes, noviembre 14, 2005

ana & sup


ana calculó las consecuencias de la crisis y anticipándose al colapso me invitó de paseo. de viaje. todo un fin de semana lejos del trabajo, de sam, del ruido y de la gente aburrida. yo, claro, hice lo que toda persona sensata haría en un caso así: le robé a felipe su reproductor de mp3 y armé una buena selección de música para carretera.

una vez, en el colegio, escribí una historia sobre una chica que huía por la carretera hablándole a su gato. la verdad, nunca me gustaron los gatos. pero las carreteras son una gran cosa, y después de algunas horas mirando a la oscuridad por la ventana empecé a dudar de esos consejos que me dicen que el baño es el mejor lugar para tomar decisiones. pues no, p.p., el mejor lugar es una carretera. siempre que haya buena música y al compañero de viaje le gane el sueño.

miércoles, noviembre 09, 2005

horror!

después de la crisis que dejó a sam con úlcera todo el fin de semana, el hombre de sistemas bajó ayer del olimpo con su equipo de trabajo, se paró en medio de todos y anunció solemnemente que debía instalar-desintalar-reinstalar el programa de diseño. quién sabe. sus promesas no tenían relación con mi fantasía sobre solucionar problemas ajenos, pero al menos aseguraba que no volvería a pasar otra noche de viernes mirando la pantalla con impotencia.
así que dejé mi computador en sus manos. ingenua, dijo un viejo q una vez le escribió a sam reclamando por una entrevista mía. ingenua, es cierto. el hombre de sistemas casi juró que no se perdería nada. ni una foto, ni un texto, ni un reportaje fome. nada de trabajo, corrigió hoy cuando me encontré en la mañana con un escritorio absolutamente azul, los archivos ordenados en fila por tamaño, la revista como página de inicio, nada de protector de pantalla, y menos el programa que me avisa cuando llega un mail.
lo peor: sin íconos de msn. ahora, cada vez que hablo con mis amigos, siento que mis posibilidades de expresión están infinitamente limitadas.

lunes, noviembre 07, 2005

estrellas verdes, parte dos



felipe me diagnosticó algo de depresión, cierta tendencia obsesiva y mucha agresividad contenida. eso explicaría por qué a veces dormir es el mejor panorama, por qué otras veces decido empezar a escribir y no hay modo de parar, y por qué de repente me vienen unas ganas incontenibles de golpear a la gente o lanzarle objetos ojalá pesados y de recepción dolorosa. por si acaso, ahora mi velador tiene unas cuantas cajas de pastillas para la felicidad. lo único que felipe no supo cómo tratar fue mi compulsión por mentir e inventar historias.

viernes, noviembre 04, 2005

help!

hace dos horas se cayó el programa de diseño y, claro, mi página era la última que quedaba por despachar. ahora no tengo más opción que esperar y ver cómo sam se pasea chocando con las paredes de su cubículo mientras llama a sistemas compulsivamente. y cuando sam llama todos sabemos que es mejor ir.

mientras me desahogo por msn pienso en lo útil que sería tener un "sistemas" en la vida, un número al cual llamar en momentos de crisis, un botón de pánico para que alguien llegara a ayudarte cuando entraste al link equivocado y no sabes cómo parar los mensajes de error que aparecen en tu pantalla.

jueves, noviembre 03, 2005

tragando principios, parte dos

a sam le gustan las evaluaciones. todos los lunes nos llama hasta la mesa redonda de su cubículo, pone un ejemplar de su revista sobre la mesa y mira página por página ladeando la cabeza, poniendo cara de crítico y golpeando con el índice una vez cuando no algo le entusiasma y dos veces cuando algo le agrada. entonces todos nos sentimos como escolares, cuando el profesor te llama a su oficina y va corrigiendo tu prueba mientras imaginas todos los escenarios posibles.

al final sam pregunta nuestra opinión, que siempre coincide con la suya. más o menos en la tercera reunión aprendí que es mejor estar de acuerdo, esa vez que le pregunté cómo podía ocurrírsele poner una página "femenina" con datos sobre el cuidado de los muebles y técnicas para maquillarse. desde entonces tengo fama de valiente y de feminista entre los otros viejos de su equipo.

en esas reuniones sam trata de sacar una conclusión, que usualmente es "estamos mejorando" o "a la gente le gusta esta revista". gran autocomplacencia. y justo al final, cuando creemos que estamos liberados hasta la próxima semana, anuncia que espera reportajes que impacten. que hay que atreverse, que no importa si nos llenamos de cartas con quejas, que lo importante es "provocar algo en el lector".

entonces me muerdo la lengua antes de decirle que lo único que me provoca su revista es un enorme bostezo. y que podría apostar que son varios quienes comparten la opinión. pero no, no soy valiente. y lo de feminista no merece explicaciones.

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