sup en la gran ciudad

a veces, mientras miro las paredes oscuras del metro, siento que mis dedos se mueven en el aire como tipeando sobre un teclado. a veces despierto en el bus creyendo que una alerta de mensaje apareció de la nada. a veces he tenido que retomar la vieja costumbre de usar lápiz y papel para explicarme.

llevo tres semanas sin internet y siento que me estoy perdiendo cosas importantes. como la vida -virtual o real- de mis amigos. como la posibilidad de contar mi vida -real o virtual- a mis amigos. como lo que pasa en el mundo. como la plata que tengo que pagar en esos sitios feos e incómodos donde arriendan computadores. como la costumbre de escribir. como las noticias de la pega, de las clases, de todo. de absolutamente todo.

entonces, queridos lectores, entenderán que haya desaparecido por un rato. y que esté entrando a una fase de crisis. y que a algunos les mande mensajes de texto en lugar de mailes. (a propósito, esa es una buena vía para dar señales)

cuando ya estuve segura de todo, respiré profundo y caminé hasta su cubículo. él me miró con sospecha. ya sabe que trato de evitarlo cuanto puedo. pero ahí estaba yo con mi discurso bien aprendido, con mis argumentos claros y con mis principios bien escondidos para recordarle que si alguna vez necesita colaboración part time ahí tiene mi teléfono.

- sam, me tengo que ir.
- ...

creo que, de todos, él es quien más me echa de menos.

cuando llega en la mañana y ve que todo su equipo ya está trabajando ¿a quién llama para reclamarle que otra vez viene tarde? cuando revisa la lista de reportajes para el domingo ¿a quién le pide amablemente que termine de una vez el trabajo que debió haber terminado la noche anterior y que es lo único que falta para empezar a despachar? cuando le baja la manía obsesiva ¿a quién odia porque no le responde el celular las cien veces que intenta comunicarse y que, además, al día siguiente tiene el descaro de decirle que no lo escuchó por estar en medio de una entrevista?

pero bueno. era algo que debía hacer. un paso adelante, dicen unos. un salto al vacío, dicen otros. estos días han sido un tanto agitados y no estoy asimilando bien las cosas. pero oficialmente estoy fuera de la revista de sam. más o menos. casi. quién lo diría.

yo sé que en el fondo me aprecia. bien en el fondo, es cierto.

pero tampoco se puede pedir demasiado.

ya. lo hice. agarré mis cosas -muchas cosas para tan poco tiempo- y me fui. raro. se siente raro porque dentro de todo la oferta de sam era algo relativamente seguro y dejarlo con su pega era como dar un salto al vacío.

ps lo di.

y ahora estoy como mirando las cosas desde otra parte, con más tiempo libre pero también con más cosas que hacer.

con presupuesto de estudiante.

echando de menos internet (y también a alguna gente, no vaya a pensar mal)