sup en la gran ciudad

i'm lucky lucky lucky lucky

9.15 - teléfono. ana despierta a sup recordándole qué día es, tal como lo hizo el día que supo que ff venía a la ciudad y tal como lo hizo al día siguiente a ese día, para ir a comprar entradas.

20.35 - puerta del recinto. sup cree ver a elei con su entrada en la mano. sup confirma que es elei. sup corre a saludar a elei y se reencuentran en un momento memorable.

22.03 - una mujer vieja con cara de sonora instala un cojín en el banco y se sienta justo antes que sup. a su lado, un hombre viejo hace lo mismo.

22.15* - ff aparece en el escenario. ana delira.

22.25 - después de superar el miedo a caer del banco metálico, sup se decide a saltar. salta una y otra vez al ritmo de mr k. otro momento memorable.

22.40 - sup ya no siente sus piernas.

22.50 - sup piensa que ha olvidado la última vez que saltó así. piensa también que si saltar ante la banda favorita fuera un deporte, ella se habría inscrito en un gimnasio hace rato y las cosas serían muy distintas.

23.00 - sup canta junto a mr. k "it's always better on holiday". y le encuentra toda la razón.

23.01 - la mujer vieja con cara de sonora mira a sup con una mezlcla de desprecio y curiosidad. sup cree leer en su mirada una pregunta: "¿qué diablos le pasa?". y otra más: ¿quién es ese señor ferdinand?"

23.15 - sup ya no siente su garganta.

23.20 - sup y ana piden que regresen mr k y su banda. lo mismo hacen varios cientos de personas. otras pocas permanecen indiferentes sentadas sobre sus cojines. ff vuelve. mr k le dice a ana, a sup y a otros cientos de personas que son un público bacán. ana y sup lo saben.

23.35 - ff se va, vuelve, se va, vuelve. y definitivamente se va, ante las quejas de ana, de sup y de varios cientos de personas que al fin, desilusionando a sup, dejan de pifiar y se resignan a la pérdida.

23.50 - sup piensa que habría sido bueno no averiguar nunca quién es david de maría. y odia a ana por ese afán suyo de querer recordar su adolescencia quedándose hasta el final del "evento".
23.55 - sup teme que le llegue un botellazo de las chicas que un par de bancos más atrás se mueven al ritmo de la música sosteniendo un cartel que anuncia "david te amo". decide dejar de pifiar.

00.20 - sup logra arrastrar a ana hasta un puesto de café, lejos de la mala música y los malos humoristas. por ahí se encuentra a sus viejos compañeros de curso en plenas faenas laborales. ana reconoce a uno de ellos que aparece a veces en tv y se emociona por conocerlo. sup se burla en su mente, pero en el fondo no sabe de quién.

1.15 - ana mira la calle oscura y desierta por la ventana de su auto y dice como hablando consigo misma: "y las chicas bailaron". sup asiente.

al día siguiente - sup no puede levantarse. sup no puede moverse. a sup le cuesta hablar. sup siente que le duele todo. sup piensa que esto es como haber salido a correr miles de cuadras y concluye que no hay mejor prueba del paso del tiempo. pero no importa porque en su mente sigue cantando "i'm lucky lucky lucky".


*desde ahora el tiempo es relativo.

justo antes de partir de vacaciones*, sam me pidió un artículo de reserva para su página de salud. un artículo sobre déficit atencional, cosa que recientemente le diagnosticaron a uno de sus tantos sobrinos y que a mi jefecito autorreferente le pareció fantástico. por supuesto, ese no fue el argumento que me dio para gastar parte de mi tiempo averiguando sobre el tema, sino un montón de razones que ahora no recuerdo. debe ser que ya me acostumbro a no cuestionarlo.

partí a buscar información con mi fuente más fiel, el señor google. y fíjese que me dio un montón de datos que me quedaron dando vueltas. esa incapacidad de concentrarse en asuntos que no interesan -o reportajes fomes-, esa capacidad de cortar el hilo ante la más mínima acrobacia de una mosca, esa incapacidad de recordar las razones del jefe y esa capacidad de perderse a ratos en fantasías personales... me sonó un tanto cercano.

quién sabe. quizás eso lo explique todo.

*sí!!! se fue!!!

hace poco nos burlábamos con franz de un célebre entrevistado que nos respondió algo así como "ganar plata por escribir es igual que si te pagaran por hacer el amor con la mujer que amas". valga aclara que el célebre entrevistado era un escritor no tan célebre pero sí bastante comprado.

más allá del disgusto que nos ocasionó pensar en su vida amorosa, lo que nos quedó dando vueltas fue el asunto del placer. porque las dos hemos sentido algo de placer al escribir, algo de satisfacción en la guata al ver aparecer palabras que hablando o pensando no habrían aparecido nunca. y dejando de lado la siutiquería del entrevistado, pues sí, es una gran cosa que te paguen por hacer algo que te provoca placer. aunque te paguen míseramente.

a alguna gente le cuesta creerlo. y entiendo que les suene utópico eso de trabajar en lo que te gusta. y también entiendo a esos que sienten tan importante el asunto del placer que son incapaces de transar con él. incapaces de escribir para una revista como la de sam, por ejemplo, que sería como venderse al sistema.

perdonando la referencia a fuguet, lo mío es más bien un arriendo. ojalá lo más temporal posible. porque el placer de escribir a veces se alcanza, pero otras veces uno no puede dejar de preguntarse por qué tiene que dedicar tiempo, palabras y esfuerzos mentales a escribir cosas tan pero tan lateras. como la entrevista al célebre escritor de hace poco.

1. LA BANCA

cuando termino de aclararle a mis entrevistados que no, no soy estudiante haciendo práctica sino periodista-de-verdad, con cartón y todo, la segunda pregunta que sigue al suspiro incrédulo suele ser ¿y en qué sección trabajaaaaas?

si lo mío fuera uno de esos diarios aburridos podría responder con certeza "política", "economía", "deportes". pero con sam las cosas son distintas. sam me tiene en la reserva, lista para cubrir esos temas que no le interesan tanto como para enviar a uno de sus reporteros estrella pero tampoco tan poco como para dejarlos pasar. ahí estoy yo, lista para el relleno.

esa es mi sección, el relleno. y no es que me esté quejando. de hecho, me deja la libertad suficiente para pasar a tomar helados, visitar al dentista o arrendar películas sin que sam siquiera se entere. además, en el relleno siempre hay espacio para propuestas que le permiten a uno dar un paseo en ambulancia, disparar en un campo de tiro o conversar con alguien interesante en nombre del reporteo. no, no me estoy quejando. es sólo que cuesta tanto hacer entender esto a la gente cuando la voy a entrevistar.

me resisto. créeme que me resisto. sé que hace mal a la guata y al presupuesto pero siempre, siempre, llega ese momento en el que cedo y me resigno. después busco en mis bolsillos y bajo caminando los siete pisos y medio que me separan del mejor placer asociado al trabajo -después de cobrar el sueldo, claro-: café y chocolates.

café y chocolates en el local que da a la calle, donde don antonio me ve cruzar la nube de humo de cigarros y de inmediato encarga un cortado cargado y una barra de sanhe nuss. un año y medio con la rutina ha servido para crear vínculos y, de paso, conseguir algún descuento eventual.

pues después de una semana recuperando las dosis de cafeína y de cacao que no consumí durante las vacaciones creo que ya me he puesto al día y puedo volver a escribir. a escribir con cierta coherencia, quiero decir.

a estas alturas de la vida es raro que te ocurran cosas por primera vez. pero todavía pasa. el lunes tuve mi primer-día-de-trabajo-después-de-vacaciones. y pasó lo que tenía que pasar: mucho sueño y cero productividad. sólo sirvió para reabrir y recuperar la vida virtual. y todavía no me sobrepongo.

y tenemos entradas para f.f.