martes, marzo 14, 2006

paris geller es un dulce como editora

considerando mi escaso poder de convocatoria voy a dejar pasar las referencias a mi vida social. además, el fin de las vacaciones ya no me deja tiempo para tomar café en horario laboral. las cosas han cambiado desde que sam apareció en el séptimo piso y medio el lunes por la mañana, con renovado entusiasmo periodístico, una lista de temas para reportajes que se le ocurrieron en su travesía por el desierto y -no deja de ser raro- regalos para todos nosotros.

eso nos entusiasmó un poco. pero sólo un poco, porque el relajo de las vacaciones le duró exactamente una hora y cuarto. justo después de la reunión matutina se le perdió joe. y sam había olvidado decirle algo.

colapso. gritos. llamadas obsesivas por teléfono.

joe estaba en el baño. sam lo supo cuando cruzó el pasillo, abrió la puerta y lo vio ahí, ocupado en sus asuntos. y joe, mientras se lavaba las manos, recibió instrucciones de su jefecito y así se convirtió en protagonista de un nuevo hito en la historia clínica de sam.

joe todavía no puede creerlo. y nosotros ahora tememos que sam decida instalar cámaras frente a los computadores, nos inyecte un radar bajo la piel del cuello o decida que no podemos ir al baño más de un par de veces por día. de verdad, estamos empezando a tener miedo.

Comments:
No es escaso tu poder de convocatoria. No se me ocurren muchas cosas que sean más agradables que compartir un café con tan gentil y sagaz periodista.
Lamentablemente, entenderás, existe un Sam en la vida de cada uno de nosotros, que mesiánicamente es capaz de programar el uso de nuestro tiempo.
¡Qué vida! ¿no?.
 
la vida de los trabajadores no más. salud por eso.
 
a propósito... un café del poeta, ¿cuándo?
 
Siento interrumpir... este... yo... Sup, te dejé un mensaje en el post anterior. Nos vemos.

M.
 
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