sábado, marzo 31, 2007

cambio!


lunes, enero 08, 2007

instrucciones para sobrevivir en la gran ciudad

quizás a la hora de poner cosas en la balanza el resultado no sea siempre de lo más alentador, pero ahora que termina el año puedo decir que sí hubo algo bueno en todo esto: aprendí a sobrevivir en la capital. y como no soy una persona egoísta, comparto este aprendizaje con todos los no-capitalinos que quieran lanzarse a la emocionante aventura de cruzar la gran ciudad.

1. afine sus codos: los codazos son el mejor modo de avanzar; los capitalinos no responden a otras maneras de interacción cuando suman cinco por metro cuadrado.

2. ejercite la memoria: las micros no son de colores y tienen ¡tres dígitos! para identificarse. por eso llegar a su destino puede resultar muy complicado -a veces incluso imposible- si no recuerda bien la combinación exacta de números. además, los choferes no siempre están muy dispuestos a aclarar las dudas, menos si tiene usted cara de escolar.

3. siga el camino amarillo: andar en metro es bastante más simple (aunque mirar por la ventana no tenga ninguna gracia); si se pierde por ahí cambiando de línea basta segir los caminitos de colores que a algún brillante ejecutivo se le ocurrió pintar en el piso. a prueba de foráneos.

4. consiga una brújula: a los capitalinos les parece bastante simple eso de subir o bajar por las calles, pero cuando uno ha pasado la vida en subidas y bajadas de verdad, una pendiente menor de 45° resulta imperceptible. mucho mejor es usar referencias precisas: el norte está donde apunta la aguja.

5. tráguese los prejuicios: es cierto que los capitalinos no suelen ser demasiado simpáticos cuando se amontonan en espacios públicos, pero en grupos pequeños -mejor si es con algo de alcohol a la mano- superan ampliamente las expectativas.

6. vea el lado positivo: en la capital hay más lugares que visitar, los taxis son más baratos y todavía quedan sitios en los que uno puede olvidar un rato la ciudad donde fue a parar. tiene más opciones para tomar helados, más diversidad en la gente con que se cruza por las calles o en el metro y -hay que decirlo- los chicos son más guapos (seguramente es un asunto de proporciones, pero finalmente se agradece).

7. resígnese: los tacos son enormes, el clima es desagradable, todo está siempre muy lejos y hay demasiada gente en cualquier sitio al que uno va. la gente no sonríe mucho y los autos se aplastan unos a otros. y en lugar de mar tenemos un pedazo de cordillera que recuerda constantemente el hecho de estar en un hoyo. nada que hacer con eso, salvo aguantar y pensar en los puntos 5 y 6.

martes, enero 02, 2007

a propósito de ser nómade

dígame si esto de cambiar de ciudad a cada rato no se parece a cambiar de chico, con el inevitable sentimiento de culpa que eso implica.

quiero decir, cuando uno deja un chico y piensa en los buenos tiempos, en realidad no quiere volver a estar con él ahora sino que trata de quedarse con la parte buena de ese tiempo en que las cosas sí funcionaban. porque entonces todo era distinto. y cuando está en un sitio pero a la vez quisiera estar en otro, y le pasa lo mismo cuando está en el otro pero quisiera estar en el uno, no es que quiera quedarse para siempre en la ciudad de turno; sólo se acuerda de lo bueno que fue estar en la(s) otra(s) mientras duró. porque entonces había algo distinto.

y eso de ir cerrando ciclos nunca me ha venido muy bien.

sábado, diciembre 30, 2006

los viejos, los nuevos y sup

la gente que me encuentra por ahí siempre pregunta cómo van las cosas en mi recaída universitaria. y yo les digo que todo bien con los profes, las clases y sobre todo con los compañeritos que, por esas cosas de la vida, resultaron ser de lo más simpáticos. incluso tengo amigos nuevos. y cuando le cuento eso a los amigos viejos me miran con una mueca y responden cosas como "claro, te apuesto que con ellos sí sales y con nosotros no". y me molestan. y se ríen. y yo no sé si echarle la culpa al calor, al aire capitalino o a los helados san francisco, pero ahora que pasa el tiempo y vivo como visita eterna seguramente valoro más esto de la socialización.

después de dos días oficialmente en el puerto ya estoy a punto en iniciar nuevo casting para:
a) tomar helados
b) tomar café
c) tomar brebajes varios

miércoles, diciembre 27, 2006

no es desinterès

a veces uno pierde la nociòn del tiempo.

jueves, diciembre 07, 2006

if love is a red dress

había escrito una bonita historia sobre la canción del momento, pero blogger no siempre respeta mis decisiones. y una bonita historia reescrita ya no es tan bonita, aunque hable de un recorrido por el puerto con la banda sonora de una gran película que, vaya a saber uno por qué, lleva a pensar cosas sin mucho sentido.

cosas que, por cierto, se repiten después cuando uno camina por otras calles con la música de otra gran película, pero dándole vueltas a las mismas ideas sobre lo confuso que es pasar por los mismos lugares escuchando las mismas canciones después de tanto tiempo.

y uno se siente más bien de visita. y piensa que si las cosas hubieran pasado en ese momento en lugar de este otro, que si a algunas personas las hubiera conocido en ese momento en lugar de este otro, que si hubiera tenido las respuesta acertadas en ese momento en lugar de este otro, todo habría sido muy muy distinto.

pero, claro, uno siempre se viene a enterar de cosas que ni sospechaba cuando ya es demasiado tarde.

ahora, si alguien quiere dedicarse a pensar así por las calles, dos cosas por agregar al mp3:
1. if love is a red dress
2. he sot me down (bang bang)

martes, noviembre 28, 2006

vamos aclarando las cosas

señora, señor: la fila del banco no avanzará más rápido porque usted insiste en acercarse a la caja. hay decenas de personas que se interponen entre la caja y usted. y por mucho que usted trate de avanzar, esas personas continuarán estando antes que usted. y sin duda les molestará que usted trate y trate de moverse, cuando es físicamente imposible estar más apretados. y les resultará muy, pero muy desagradable tener que estar taaaan cerca de alguien como usted -desconocido, maloliente e insistiendo en iniciar una conversación sobre la ineficiencia del cajero o lo impredecible del clima-. señora, señor, resígnese a esperar su turno como corresponde. entienda que está en la fila de un banco y no en el diván de su siquiatra. asuma que la fila avanza lento. pero, sobre todo, no insista en avanzar por la fuerza, apretando a quien tuvo la mala suerte de quedar en el puesto anterior limitando su espacio, olvidándose de lo necesario que es el metro cuadrado para todo el mundo. y, es verdad, algunos lo necesitamos más que otros.

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